Divirtiéndonos al llevar
un Diario Familiar


Una de las mejores maneras de documentar el desarrollo familiar, cambios y momentos especiales a través de los años es mediante un diario familiar.
Además de disfrutar al hacerlo, con el tiempo se convertirá en una reliquia que
será un tesoro permanente
para las futuras generaciones.

Un diario personal es un buen medio para registrar pensamientos personales y puede llegar a significar un buen relax.
Por otro lado, un diario familiar se lleva con la intención de que todos den su aporte y de que pueda ser leído por todos.
Siguiendo unas pocas pautas uno puede hacer que esta actividad se convierta en algo dinámico e interactivo entre todos
los miembros de la familia.

Como Empezar
Lo primero en decidir es que clase de diario usaremos. Se pueden conseguir en el mercado de diversos tamaños y con vistosas encuadernaciones. Sin embargo, por costos y practicidad es preferible una carpeta a la que se puedan agregar hojas.
Decorar la tapa también puede llegar a ser parte una atractiva actividad de una noche de hogar.

Hay que recordar que será manejado por niños y que se abrirá y cerrará con mucha frecuencia. Conviene que las hojas que se usen sean de buena calidad para que resistan bien el paso del tiempo y el manipuleo.
Será importante tener elementos para escribir y/o dibujar deben estar siempre disponibles.

Manteniendo a toda la Familia Entusiasmada
Llevar un diario familiar debería convertirse en una actividad divertida y no en una carga. Una buena manera de asegurarse de que todos estén bien representados en él es que se establezcan horarios por semana cuando cada uno debe escribir algo. Diez o quince minutos durante la noche de hogar puede ser un excelente momento. Las noches del fin de semana antes de acostarse o la tarde del día de reposo pueden resultar también buenas oportunidades.
Al tomar turnos cada semana, todos se sentirán parte y se preocuparán por tener cosas para anotar, buscarán ser originales y desarrollarán creatividad. Probablemente los escritos de los adultos sean más explicativos y traten de aclarar hechos no muy bien narrados por los niños para que cuando sean leídos por generaciones futuras puedan ser entendidos mejor, pero es fundamental tener en cuenta que todos los aportes son importantes.
Todo hace a la personalidad y la historia de cada miembro de la familia; poemas, dibujos, frases breves o palabras aisladas.
Si hay un bebé en la familia, dibujar su mano y poner en un rincón el nombre y la fecha será un toque simpático en unos años. Dibujos de los niños pequeños acerca de la familia o de la casa también serán un recuerdo imborrable.
Para incentivar la creatividad se puede asignar a los niños que hagan una tira cómica sobre algún hecho de la familia.
Los acontecimientos familiares siempre deben ser registrados y se pueden acompañar los mismos con algunas fotos. Éstas tienen un valor muy alto. Además de su importancia histórica, complementan nuestras descripciones y relatos y hacen más interesante nuestros registros.
No debemos olvidar de incluir un árbol genealógico tan completo como podamos.
Involucrar activamente a los niños en llevar adelante este proyecto ayudará notablemente a que el diario familiar sea una actividad divertida y no tediosa.
Preservando el diario
Preservar el diario en el tiempo es todo un tema, aún sin pensar en un accidente. Los años hacen que las tintas se aclaren, las fotos pierdan color y las hojas se suelten. Conviene guardarlo en una caja, protegido de la humedad y de la exposición directa al sol. Si se disponen de los medios técnicos, por ejemplo una computadora con escáner o una impresora multifunción, una excelente idea es escanear periódicamente las hojas para digitalizar nuestro registro familiar. Esto también nos permitirá enviar por correo electrónico a familiares que estén lejos partes de la historia de nuestra familia.
No importa si en su familia son diez o dos, si sus hijos son grandes o pequeños, hay por lo menos una cosa que absolutamente todas las familias tienen: los recuerdos. Con un poco de creatividad y mucha diversión uno puede hacer que estos recuerdos queden registrados en un diario familiar, algo que todos apreciarán en los años venideros. No se requiere más que unos pocos minutos por semana, pero una vez que decidamos empezar, debe ser una constante en la vida de nuestra familia.
“Les pido que continúen con entusiasmo recopilando y escribiendo sus historias personales y familiares. En muchos casos, sólo ustedes conocen la historia, recuerdan a seres queridos, fechas y acontecimientos. En algunos casos, ustedes son la historia familiar. Su patrimonio estará mejor preservado si ustedes mismos recopilan y escriben su historia.”
(Pte. Ezra Taft Benson, Liahona enero 1990, pág.4)
“En mi opinión, se debe mantener un registro en cada familia… Este registro debe ser la primera piedra, por así decirlo, del altar familiar. Debería ser un libro conocido y consultado por los miembros de la familia; y cuando el hijo llegue a la madurez y salga para formar otra familia, una de las primeras cosas que la nueva pareja debería obtener son los registros de sus familias, para que los puedan ir ampliando a lo largo de su vida.”
(Pte. Wilford Woodruff, The Meaning and Importante of Records, pág. 100)
“Exhorto al pueblo de esta Iglesia a brindar seria atención a su historia familiar; a que animen a sus padres y abuelos a escribir sus diarios personales y que no permitan que la familia vaya a la eternidad sin haber dejado sus recuerdos para sus hijos, nietos y toda su posteridad. Se trata de una seria obligación y responsabilidad.”
(Pte. Spencer W. Kimball, Liahona agosto 1978, pág.3)

Estilo SUD, 9 agosto 2008

 
 
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