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“Y vivieron felices
para siempre...”
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Al leer o escuchar
la frase del título, a veces pensamos y nos preguntamos si
realmente es posible que la relación matrimonial sobreviva
al paso del tiempo.
Algunas ideas escuchadas en matrimonios felices (y no estamos hablando
de parejas ideales que son “perfectas”) pueden ayudarnos
a ver en dónde estamos y qué podemos mejorar. |
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Descubran
que cosas pueden hacer para hacer feliz al otro |
Como en ningún
otro lugar la regla de oro es la base para saber qué hacer
a fin de que nuestra relación prospere: “todas las cosas
que queráis que haga [vuestro cónyuge] con vosotros,
así también haced vosotros con [él o ella] “.
(Mateo7:12)
A veces las personas proyectan en los demás sus propios sentimientos
y tienen la tendencia a escucharle basando la interpretación
de lo oído en sus propias experiencias.
Es decir, que pensamos que sabemos lo que nuestro compañero
quiere.
Pero sabiendo que cada individuo es diferente, se entiende que lo
que hace a uno feliz no necesariamente le debe gustar al otro. |
Si
se toma el tiempo para buscar lo que realmente necesita su cónyuge
y lo hace para que se sienta bien, la relación florecerá. |
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Compartan
juntos las tareas del hogar
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Parafraseando
la famosa frase, podemos decir: “la pareja que trabaja unida,
permanece unida”.
Ambos, hombre y mujer, necesitan sentir que el “yugo”
está equilibrado.
Deben descubrir que ese equilibrio los ayudará a prevenir los
resentimientos que surgen cuando por circunstancias particulares,
uno de los dos haga más por la familia y el matrimonio que
el otro.
Necesitan tener en claro qué se espera de cada uno de ellos
en las obligaciones familiares.
Deben ser explícitos y sinceros al discutir las mismas y deben
respetar sus lugares. |
Sean
respetuosos y cuidadosos al resolver los conflictos de la pareja |
La personas demuestran
de maneras muy diversas sus sentimientos en medio de un conflicto.
Un matrimonio debe aprender a controlar sus emociones para no creer
que se deba tener la razón en todo y ser el triunfador en la
batalla.
A veces es necesario que la situación se “enfríe”
para darse el tiempo de pensar, reflexionar y luego juntos hablar
del tema.
Ambos deben decidir que nunca darán lugar a una pelea que pueda
herir los sentimientos del otro. Pero siempre deben resolver los conflictos. |
Aprendan
técnicas para una buena comunicación |
A lo largo de
la vida matrimonial se puede aprender a expresar los propios sentimientos,
necesidades e ideas de una manera clara y entendible. Por lo tanto,
también se puede aprender a ser un buen oyente. Esto implica
hacerle ver al cónyuge que tiene la libertad y seguridad de
expresar sus más profundas inquietudes, temores, deseos, dudas,
necesidades o reflexiones. |
Aprendan
a seguir enamorados |
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Hasta el inicio
del matrimonio, las parejas crecen por su deseo de estar juntos todo
el tiempo, y cuando no lo están buscan la manera de comunicarse.
Una vez casados pareciera que solo piensan en actividades “exclusivas”
tomando diferentes rumbos. No se prestan la misma atención
que cuando estaban de novios. Es bueno buscar oportunidades de estar
juntos y a solas para mantener vivo el amor. (Véase “Manteniendo
la magia del amor”) |
Mantengan
una relación saludable |
La intimidad
es percibida de manera diferente para el hombre que para la mujer.
Ambos deben pensar en las necesidades del otro y comprometerse a satisfacerlas.
Cuando llegan los hijos es más difícil para la pareja
mantener el mismo nivel de intimidad, pero ambos deben hacerse de
tiempo para que ello sea una prioridad a no descuidar. |
Hagan
las cosas de común acuerdo |
Es necesario hacer un balance entre los sentimientos e intereses
de ambas partes cuando se toman decisiones importantes. No hay una
sola manera de resolver las cosas y es bueno saber qué piensa
el otro para cuando se tengan que tomar decisiones en el curso del
día y no se pueda consultar. El preguntarse si el esposo
o esposa estará feliz o de acuerdo es un buen recurso. Pero
siempre hay que respetar el albedrío del otro y considerar
las circunstancias del momento cuando este tome decisiones.
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Pequeños
cambios en uno mismo logran cambios profundos en la relación |
Cuando
una relación entra en conflicto, muchos reconocen que debe
haber cambios en la misma, pero pocos aceptan que ellos deben acompañar
esos cambios. Por lo tanto, cada uno buscará en sí mismo,
una o dos pequeñas cosas significativas para cambiar y decidirse
a tomar la dirección adecuada.
A veces se puede necesitar la ayuda del obispo o de un profesional
para guiarlos a descubrir qué cambiar. |
Sean
agradecidos |
La gratitud proporciona felicidad y esperanza. En cada relaión
hay cosas positivas y negativas. Busquen siempre lo positivo de
su matrimonio. Sean agradecidos por su compañero y exprésenle
su amor y gratitud cada día.
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Desarrollen
la empatía |
Empatía
es la capacidad de “ponerse en los zapatos del otro” y
tratar de comprender sus sentimientos. Es una manera de identificarse
parcialmente con su pareja mientras se toma consciencia que los sentimientos
de su compañero son algo diferentes a los propios.
Cuando ambos desarrollan esta cualidad divina, cuando se tiene empatía
por su esposo o esposa, las oportunidades de realizar lo anteriormente
mencionado se verán con más posibilidades de alcanzar
el éxito. |
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No
es fácil mantener el amor y la felicidad que se experimenta
durante el noviazgo sino hacemos el esfuerzo cotidiano de construir
un matrimonio feliz. Como todo compromiso eterno, debemos continuar
siempre con la tarea de enriquecer la relación matrimonial.
Sólo así nos daremos cuenta que es posible vivir felices
para siempre, aunque las tormentas acechen nuestro hogar. |
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Estilo SUD, 10 enero
2009 |
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