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Nuestra presencia en Facebook

Por Ronaldo J. Walker


Los avances de la tecnología se producen a tal velocidad que muchas veces es dificil lograr que nuestras mentes los lleguen a procesar y entenderlos. Ni hablar si no estamos dentro de la franja tan anhelada de los que se consideran “jóvenes”.
Hasta el año 2008 consideraba que las redes sociales, en especial Facebook, eran una total pérdida de tiempo y mi mente estaba programada para rechazar cualquier invitación a ser parte de alguna de ellas. Protestaba cada vez que recibía una invitación de un amigo a ver fotos o ser sus amigos en un sistema que me requería inscribirme.
Sin embargo, al ver cómo,  a partir del 2008, la Iglesia comenzó a buscar tener presencia en Facebook, me di cuenta que era una herramienta para estudiar. Así cómo internet puede tener excelentes o pésimos usos, con redes sociales pasa lo mismo.

En la página web de la Iglesia en inglés, encontramos muchas referencias a facebook que apuntan a los excelentes usos que uno puede darle, así como a prevenir malos usos en los miembros de la familia.
http://www.lds.org/search?lang=eng&query=facebook

Para aquellos que no tienen idea de lo que es Facebook, una de las secciones lo explica sencillamente.
Resumiendo, alcanza saber que Facebook es una las redes sociales más grandes en internet, con alto desarrollo en Sudamérica, y con 800 millones de usuarios declarados oficialmente a fines de setiembre del 2011. Luego de registrarse con un nombre de usuario, un email y una clave o password, uno puede crear su perfil, configurar la privacidad, crear páginas, y conectarse con amigos y familiares.
Se puede compartir desde pensamientos, fotos, videos, links a otros sitios e invitar a amigos a ser parte de su red.
De acuerdo a los intereses de cada uno, se puede visitar las distintas páginas subidas al sistema y si uno quiere mantenerse actualizado en cuanto a cualquier novedad que haya en ellas, lo único que tiene que hacer es buscar el logo de “Me Gusta” y hacerse “Amigo” de esa página.
Facebook permite a los usuarios crear páginas para negocios, organizaciones y grupos de interés, entre otras cosas. Si bien la Iglesia no tenía casi presencia  en la gigantesca red social, a partir de mayo de 2008 la cosa cambió y comenzó a tener presencia oficial. Su página (http://www.facebook.com/LDS?ref=ts) tiene hoy más de 600.000 seguidores y mes tras mes su presencia en la red social es cada vez mayor.

Algunas de esas páginas son:

También es interesante saber que:

Con el enfoque de obra misional, es importante saber que cuando un miembro entra a una de estas páginas y hace click sobre “Me Gusta”, eso queda registrado en su perfil personal, y a la vez, todos sus amigos son notificados que uno se ha hecho "Amigo" de esa página.
Lds.org tiene una serie de instrucciones sobre como usar facebook. http://www.lds.org/media-library/accessing-media-facebook?lang=eng

¿Es peligroso Facebook o redes similares?
No es peligroso si se lo usa correctamente, como toda herramienta.  El alcance y futuro que tiene es increíble y se asemeja a lo que ha significado la aparición de internet en el mundo. El comercio a través de las redes comienza a fascinar a las grandes y pequeñas empresas, lo mismo que la comunicación, al punto que el email en la juventud ha perdido vigencia.
Como todo gran invento, el peligro lo determina en gran medida uno, según el uso que le dé. También  Internet, video juegos, teléfonos celulares, la televisión, tienen su aspecto peligrosos y uno de ellos es la Adicción, pero el problema no está en Facebook o en Internet sino en uno mismo. ¿Acaso no estamos rodeados en esta época de miles de adictos a los Iphones, Blackberries o cualquier tipo de celular?

En lo que hace a adicción, debemos estar atentos a que no se descuiden los estudios, responsabilidades  en la casa, en los llamamientos, los juegos y actividades normales y las relaciones familiares por estar chateando o posteando cosas. Pero no es distinto al cuidado que debemos tener con la televisión, los videojuegos, navegar en internet y con el mismo teléfono celular.

En nuestra casa hace muchos años, cuando los hijos vivían con nosotros, decidimos poner una regla que mantiene vigencia cuando semanalmente nos visitan: No se ve televisión cuando estamos reunidos comiendo o charlando. Pasó el tiempo y ampliamos la regla: No se atiende el celular ni se mandan mensajitos durante ese tiempo. Hoy hemos vuelto a ampliarla: Tampoco se muestran cosas en el Ipad, o cosas que se vieron en Facebook. Ese tiempo de familia es sagrado y nos esforzamos por respetarlo. Y cuando uno poco a poco empieza a abusar de las excepciones, alguno recuerda la regla y nos volvemos inflexibles. Después de todo,  ¡es bueno no estar siempre online!

Hay otros peligros que se pueden prevenir configurando correctamente nuestra cuenta y la seguridad de la misma, principalmente en lo que hace a que solamente las personas aceptadas como nuestros Amigos accedan a nuestra información.

Sugerencias a tener en cuenta por los padres, según lo indica el sitio www.lds.org, para que nuestra familia pueda usar con seguridad Facebook:

  • Los padres deber considerar tener una cuenta personal, y ser “amigos” de sus hijos. Esto permitirá controlar periódicamente la actividad de ellos en la red.
  • Periódicamente revisar junto con ellos el Muro. Hay que asegurarse que no estén poniendo información personal, imágenes inapropiadas o teniendo contacto con personas que no conocen.
  • Hay que asegurarse que temas o informaciones muy personales no sea revelada en la red social. Podría ser peligroso poner datos como direcciones de la casa, números de documentos, números de socios o de cuentas.
  • Deberían mirar con cuidado las fotos que se están “posteando”. Asegúrense que los hijos no pongan fotos inapropiadas, o fotos de sus casas o de sus escuelas.
  • Revisen periódicamente la configuración de la cuenta y la privacidad de la misma.
  • Revisen con los hijos los amigos que han aceptado como tales. Si Uds. no los conocen, indaguen como llegaron a ser sus amigos y donde se han encontrado con ellos. Instrúyanlos que nunca deben conectarse con “Amigos” que han encontrado online, y jamás reunirse con una persona que solo conocen por interacciones en la red.
  • Lo más importante, nuestro perfil en la red social debería reflejar lo que somos en la vida real. Compartan su testimonio, compartan su amor por el Evangelio, lo que les gusta y lo que no les gusta, pero nunca compartan información personal.
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Gracias a un grupo de Facebook

En vista de que no todos los jóvenes podían asistir a la mañana a seminario diarios, en mi rama se abrió otra clase vespertina. Como maestras estábamos muy preocupadas que al dividir al grupo en el estudio de las escrituras, también quedaran divididos en el resto de las actividades. Fue así que abrimos un grupo en Facebook con todos los jóvenes como miembros. Dado que ambas maestras damos la misma clase, nos tomamos el trabajo de poner frases, láminas, y preguntas que motivan a los chicos a participar. Lo mejor fue la foto-historia en donde los chicos dramatizaron el encuentro entre Moisés y Jetro. Los padres, que también fueron invitados a formar parte del grupo, descubrieron a sus hijos como divertidamente aprendían sobre las responsabilidades de un líder y cómo ayudarlo.
No importa a qué turno de seminarios asisten, todos comentan, opinan y responden las incógnitas que deben resolverse con la lectura de la asignación semanal.
Como maestras nos tuvimos que poner al tanto de la nueva tecnología, podemos saber qué desafíos pasan nuestros alumnos a leer sus comentarios, recibimos ayuda extra al saber de sus vidas sin necesidad de que nos la cuenten.
Es increíble, pero nos dimos cuenta de cuán importante fue para ellos saber que sus maestras podían manejar el face tan bien o mejor que ellos.
El sentido de identidad, algo tan importante para un joven, esta vez fue dado por una herramienta virtual que nos ayudó a reforzar los lazos de la genuina amistad.

Por Karina Salvioli

¿Cómo padres debemos prohibir a nuestros hijos cuentas en Facebook?
Considero que sería un error. Los marginaríamos en el uso de una herramienta que, lejos de prohibirla, deberíamos tomarnos el trabajo de enseñar a usarla y es parte importante del futuro. Eso significa que primero tenemos que aprender a usarla nosotros, y diría más todavía, sentarnos a su lado para que ellos nos enseñen a usarla, y con las pocas pautas puestas más arriba, usar nuestra sabiduría para prevenir sobre posibles malos usos.

Uno de los problemas actuales es que la tecnología nos descoloca. De pronto nos vemos ante la urgencia de aprender cosas que no conocimos en nuestra infancia y juventud.
No se cuanto entiendo ya de Facebook, pero un parámetro fundamental para mí es el que, así como sucedió con Internet, la Iglesia busque con mucho esfuerzo tener más y más presencia en Facebook y otras redes. Al ver esto, mi decisión fue alinearme a esa visión, y aunque me falta aprender mucho sobre el tema, muy pronto supe que no me equivoqué.

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Tus Comentarios...
 
 
Estilo SUD, 28 de mayo de 2012
 
Si bien nos aseguramos de que todos los materiales puedan ser usados con tranquilidad por los miembros de la Iglesia,
aclaramos que éste no es un sitio oficial de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días