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Las
cinco cualidades de Líder de José Smith
por William E. Berrett
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Muy
poco después de la Segunda Guerra Mundial, estando de visita
en la ciudad de Washington, me encontraba un día leyendo
un diario neoyorqino; en la primera página había un
informe acerca de una entrevista hecha a un historiador ruso, quien
hacía un año estaba visitando los Estados Unidos y
estaba ya por regresar a su tierra natal. He olvidado el nombre
de este historiador, pero no las preguntas que se le hicieron durante
la entrevista.
El entrevistador preguntó: “Usted ha estado en
los Estados Unidos por un año, estudiando nuestra historia
y nuestra gente. Dígame, de entre los hombres estadounidenses,
¿cuál considera usted el más grande?”
A lo que el historiador contestó: “Sólo
habéis tenido a un gran hombre: José Smith, el Profeta
mormón”. Y para explicar su declaración,
agregó: “Hay un sólo estadounidense que
ha defendido un medio de vida y ha puesto de manifiesto ideas que
podrían cambiar la sociedad en todo el mundo.”
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Si
profundizamos en la vida y enseñanzas del profeta José
Smith, encontraremos una riqueza de ideas tan revolucionarias, que
al adoptarlas se podría cambiar el curso de la historia humana.
No nos damos cuenta de lo diferentes que eran los puntos de vista
de José Smith para su época:
El ofreció al mundo un nuevo concepto de Dios, que en realidad
fue una restauración de lo antiguo, pero que estaba en desacuerdo
con el que prevalecía en ese momento. El proclamó que
nuestro Padre es un Dios personal, con un cuerpo, una persona que
puede hablar y habla al hombre, una persona que oye y contesta oraciones.
Puso de manifiesto nuevas evidencias de que Jesucristo es el Hijo
de Dios, un Ser resucitado que no solamente apareció en nuestros
días, sino que también restableció su Iglesia,
que Él mismo dirige.
El elevó al hombre a una nueva posición de hijo literal
de Dios y aun Dios en embrión, que no solamente existió
antes de vivir en la carne, sino que vivirá después
de la muerte y que aun tiene la posibilidad de llegar a ser un Dios.
Además, estableció que el hombre es la estirpe de Dios.
Declaró que el propósito absoluto de la creación
de esta tierra fue para el beneficio y la vida eterna del hombre,
y que el propósito de nuestra existencia es que tengamos gozo.
También enseñó que la salvación será
universal, que toda la humanidad pasará por la muerte y que
si se arrepiente , le serán perdonados sus pecados.
José Smith anunció que todos los millones de personas
que han muerto pueden oír el Evangelio de Jesucristo, y que
todas las ordenanzas necesarias para su salvación pueden llevarse
a cabo por ellos aquí en la tierra, siempre y cuando acepten
la verdad.
Estas y otras incontables ideas son realmente revolucionarias; son
ideas que aún proclamamos al mundo y que podrán cambiar
la fe de toda persona que las aceptara. |
Las
cinco cualidades de líder |
José
Smith tenía ciertas cualidades por las cuales Dios lo utilizó,
en la misma forma que nos utilizaría a nosotros si las poseyéramos.
No se da la grandeza al hombre porque sí, y ningún individuo
puede ser un instrumento en las manos de Dios a menos que posea las
cualidades inherentes a un líder. |
Inteligencia |
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Ningún
individuo puede ser un instrumento
en las manos de Dios a menos que posea
las cualidades inherentes a un líder |
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La
primera de todas estas cualidades es la inteligencia. A pesar de
no haber tenido la oportunidad de recibir una educación formal,
el profeta estaba siempre interesado en todas las cosas. En 1836,
él fue la persona señalada para llevar a la ciudad
de Kirtland, Ohio, donde más tarde se estableció la
cabecera de la Iglesia, a un profesor de apellido Seixas, un erudito
hebreo. El Profeta pensaba que los líderes de la Iglesia
debían familiarizarse con dicho idioma; pero, ¿cuánto
hebreo se puede aprender en catorce semanas, asistiendo dos o tres
noches por semana?
Después de finalizado el curso, solamente dos alumnos podían
leerlo con cierto grado de fluidez: José Smith y Orson Pratt..
Parecería que el Profeta fue también la única
persona que públicamente discutió varios pasajes de
la Biblia sacados directamente del texto hebreo.
Muchas veces es posible determinar la inteligencia de una persona
observando si los puntos de vista que ha expresado durante su vida,
sobreviven o no a la crítica de los años posteriores.
Sería interesante considerar algunas de las ideas que tenía
el profeta José en administración gubernamental:
Defendió el sistema federal de bancos, un tipo de sistema
de reserva que no estableció en Estados Unidos hasta 1917.
Instó al Congreso de los Estados Unidos que colocara esclusas
en el río Missisipi para beneficiar la navegación.
Aunque no vivió para ver realizada su esperanza, la represa
de Keokuk y las esclusas que actualmente permiten a los grandes
barcos navegar por el río, fueron construidas exactamente
en el lugar indicado por el Profeta. Propuso un sistema de reforma
para las cárceles, el cual está comenzando a llevarse
a cabo en el presente. |
José sostenía que nuestras prisiones deberían
convertirse en lugares de aprendizaje, si esperamos rehabilitar a
aquellos que han violado las leyes de nuestra sociedad.
La realización de estas ideas no se debe al hecho de que José
Smith las defendiera, pero sus puntos de vista indican que en muchos
aspectos, incluyendo el religioso, él tenía un claro
sentido de la realidad y podía ver muy lejos en el futuro. |
Ansias
de aprender
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El
profeta José tenía una segunda cualidad que todos deberíamos
poseer si deseamos llegar a ser líderes. Esa cualidad es el
ansia de aprender. Es posible que recordéis la historia del
Nuevo testamento, acerca de un joven estudiante que viajó con
sus padres, José y María, para participar en la fiesta
de pascua. No se sabe el motivo por el cual el grupo con quienes viajaba
hacia Jerusalén partió antes de que la festividad terminara,
pero parece que así lo hicieron y ya se habían alejado
cierta distancia cuando se dieron cuenta de que su hijo no se hallaba
entre ellos. Entonces volvieron y lo encontraron junto a algunos de
los mejores maestros judíos. A la edad de 12 años, Jesucristo
tenía ansia de aprender.
Esta era también una característica de José Smith,
ya que a la edad de 14 años él buscaba con afán
la Iglesia verdadera, y no se había de dar por vencido hasta
que no obtuviera una respuesta. Una de las grandes cualidades que
José demostró tener durante toda su vida, fue el ansia
de aprender.
Esta cualidad mental del Profeta se pone de manifiesto en los muchos
idiomas que estudió; tenía conocimiento del hebreo,
y muy a menudo estudiaba la Biblia en alemán; también
aprendió a descifrar el egipcio. Una vez, dirigiéndose
a los santos, enumeró algunos idiomas y dijo: “Si
vivo lo suficiente, quiero llegar a dominarlos todos”. |
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Fe
en el Dios viviente |
Es
posible que esta ansia de aprender no le hubiera sido tan vital ni
ayudado a lograr al nivel que él alcanzó, si no hubiera
sido por una tercera cualidad. En realidad , ha habido en el mundo
hombres y mujeres inteligentes, quienes tuvieron también un
gran deseo de saber y a quienes admiramos; pero ha muchos de ellos
les faltó la tercera cualidad: la fe en el Dios viviente.
¿En qué se relaciona esto con el aprendizaje? José
dijo que muy a menudo, cuando se esforzaba con un problema y no podía
encontrar la respuesta, se dirigía al Señor por medio
de la oración. Y si oraba con fe, “la respuesta”
decía, “vino a mi mente con tal claridad y con tal secuencia
de pensamientos, que supe que venía de Dios; entonces se la
dictaba a mi escribiente”.
Por muy poco inteligentes que seamos, y muy deseosos que estemos de
aprender, si no tenemos fe en Dios, hay muchas cosas que nos están
vedadas. Pero éstas no lo estaban para José Smith.
La experiencia que tuvo con el libro de Génesis de la Biblia,
es un ejemplo palpable de su fe, que él ejercitó grandemente
cuando oró al Señor para que le revelara el contexto
original del Libro de Moisés. Las escrituras originales se
habían perdido, pero José oró al Señor
para que le fueran reveladas. Ese texto revelado que hoy en día
tenemos es el libro de Moisés, en la Perla de Gran precio,
el cual constituye una de las mayores adiciones a la erudición
bíblica que se haya dado al mundo. |
Poder
de introspección |
José
poseía una cualidad que es importante para todos nosotros:
la introspección, o sea el poder de mirar dentro de uno mismo
y ver la clase de persona que se es.
Cada mañana, cada uno de nosotros se mira al espejo para examinar
su apariencia física: el cabello, el maquillaje, y la salud
en general. ¿Habéis pensado alguna vez si pudierais
mirar dentro de vosotros mismos, encontraros con vosotros mismos en
la calle y preguntaros qué clase de persona sois? ¿Si
pudierais autointerrogaros? ¿Conocéis vuestras propias
faltas, vuestra fortaleza?
Esta es una interesante cualidad del profeta José. El conocía
su debilidad y su fortaleza, puesto que declaró: “Soy
como piedra sin pulimento... hasta que el Señor me tomó
en su mano” (Enseñanzas del Profeta José Smith,
pág. 375). |
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La
mayoría de nosotros oculta sus debilidades. Cuando leemos en
las secciones 3, 6, 10 y 24 de Doctrina y Convenios, vemos que frecuentemente
el Señor reprendió a José Smith por no seguir
completamente las instrucciones que El le había dado. Otra
clase de hombre no habría registrado estas reprensiones, pero
el profeta nunca trató de justificar sus errores, sino que
los reconoció y corrigió.
Cuando tradujo el Libro de Mormón José reconoció
su debilidad concerniente al idioma inglés, debido a que tenía
muy poca instrucción; pero estudió y cuando se imprimió
la segunda edición del Libro de mormón, corrigió
personalmente los errores gramaticales de la primera edición.
Si deseamos ver lo mejor de sus escrituras basta leer las secciones
121, 122 y 123 de Doctrina y Convenios. Esta maravillosa redacción
es una prueba ejemplar de la habilidad de un hombre para mejorar y
superarse.
El Profeta reconocía en sí mismo muchas debilidades,
pero se propuso superarlas.
En una ocasión un hombre fue a su casa y en un arranque de
ira le profirió una serie de improperios. El Profeta comentó
que esto lo había exasperado de tal manera que había
echado al hombre a empujones de su casa hasta llegar al portón
del frente, pero después fue a su oficina y escribió
cuán indigna de un profeta había sido su actitud. Después
de esta experiencia, jamás volvió a perder el control
de sí mismo. |
Mientras se
encontraba encarcelado en la cárcel de Liberty durante el
duro invierno de 1838-39, sin fuego ni comida apropiada, se enteró
de las peripecias, masacres y violaciones que su pueblo estaba sufriendo.
Entonces clamó al Señor: “Oh Dios, ¿en
dónde estás? ¿y dónde está el
pabellón que cubre tu morada oculta? ¿Hasta cuando
se detendrá tu mano...?” (DyC 121:1-2)
Esta fue una oración de queja, pero el Señor le contestó
diciendo: “No eres aún como Job; no contienden en contra
de ti tus enemigos, ni te acusan de transgresión, como a
Job.” (DyC 121:10)
Después le recordó que el Hijo del Hombre se había
sometido a todo eso y le preguntó: “¿Eres tú
mayor que Él?” (DyC 122:8) Después de aquello,
José Smith no volvió a quejarse.
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Amor
al prójimo |
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Nos
referiremos ahora a la quinta característica del profeta: amor
a su prójimo. Y ningún hombre puede llegar a ser contado
entre los más grandes de este mundo si no tiene amor hacia
los demás. Emma declaró que José no podía
participar de los alimentos solo; por lo tanto, invitaba a cualquier
extraño de la calle para compartirlos con él. Los relatos
escritos están llenos de incidentes en los cuales defendió
a otra persona decididamente. Sus propios informes están repletos
de situaciones en las cuales amonestó a los santos por criticarse
unos a otros.
La evidencia suprema de su amor se puso de manifiesto en junio de
1844 cuando, habiéndole revelado el Señor que sus enemigos
lo buscaban para quitarle la vida, había planeado dirigirse
hacia el oeste para encontrar un lugar en donde los santos pudieran
estar a salvo. Ya había atravesado el río Mississipi
cuando su esposa Emma le dijo: “Los santos piensan que eres
un cobarde y te acusan de estar huyendo”. José entonces
contestó con estas famosas palabras: “Si mi vida
no tiene ningún valor para mis amigos, ningún valor
tiene para mí”. (Véase Elementos de la Historia
de la Iglesia, pág. 395)
Mientras partía de Nauvoo y se dirigía a Carthage para
entregarse a la policía, se volvió a mirar la ciudad
de Nauvoo y dijo: “¡Oh, si tan sólo pudiera
hablar una vez más con mi pueblo querido!”
En el camino se encontró con Steven Markham, a quien le dijo:
“Voy como cordero al matadero, pero me siento tan sereno
como una mañana veraniega. Mi conciencia está libre
de ofensas contra Dios y contra todos los hombres.” (Véase
Elementos de la Historia de la Iglesia, pág. 396) |
Este
es el Profeta, el hombre que poseía estas cinco grandes cualidades:
inteligencia, ansia de aprender, fe en el Dios viviente, habilidad
de autoanalizarse y corregir su propio carácter, y amor a su
prójimo.
El conjunto de estas cinco cualidades hicieron de José Smith
el instrumento apropiado en las manos del Señor para ser un
profeta de esta dispensación, y estas mismas nos serán
de gran ayuda en nuestros llamamientos si las reconocemos y cultivamos. |
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William E. Berrett fue Administrador
de Seminarios e Instituto de Religión de La Iglesia de Jesucristo
de los Santos de los Ultimos Días.
Liahona enero 1978, pag. 31 |
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Estilo SUD, 04 de
julio de 2009 |
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