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Comunicación
eficaz
Por el Pte. Thomas S. Monson
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Cuando
el Salvador dio el mandamiento: “Por tanto, id, y haced discípulos
todas las naciones” (Mateo 28:19), la abrumadora responsabilidad
de comunicar eficazmente se convirtió en una realidad. Desde
la restauración del evangelio en esta dispensación,
se ha invertido mucho dinero, innumerables horas y esfuerzos dedicados
para declarar este mensaje de buenas nuevas.
La temible responsabilidad de alcanzar y motivar a cada persona, se
hace cada vez más aparente cuando tomamos en cuenta al individuo.
Consideremos las consecuencias si fracasamos en nuestro propósito.
En el diario Deseret News apareció el párrafo siguiente:
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JOVEN
SENTENCIADO
Las Vegas (AP). Un joven de dieciséis años de
edad fue sentenciado a muerte tres veces consecutivas el lunes,
después de aceptar la culpabilidad de los cargos de asesinato
de tres empleados bancarios. El joven fue acusado de asesinar
a balazos al gerente del banco y a dos cajeros. los tres fueron
muertos durante el robo de $35.000 en un banco de las Vegas. |
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El
joven sentenciado fue bautizado y confirmado como miembro de la Iglesia
cuando tenía ocho años de edad. Asistió la Escuela
Dominical, la Primaria y poseía el Sacerdocio Aarónico.
Después de leer acerca de los asesinatos, el obispo dijo tristemente:
“¿Dónde fracasamos en nuestro intento de comunicarnos
con él?”
La comunicación no significa simplemente decir o escuchar algo.
Nunca en la historia ha habido tanta gente que tenga tanto conocimiento
de lo que está sucediendo en el mundo. En su sentido vital,
la comunicación significa comunión, el compartimiento
de ideas y sentimientos. |
La
palabra proviene del latín communicare --”compartir”,
y la comunicación es el acto de compartir o impartir una parte
de algo.
La
comunicación ha sido definida como “el arte
de informar y persuadir a otros”.
La habilidad de comunicar no es algo congénito; tenemos que
aprender cómo adquirirla, frecuentemente en la manera difícil.
Afrontamos un problema de comunicación cada vez que declaramos
la guerra contra los poderes del adversario y tratamos de ayudar a
los miembros de la Iglesia a vivir de acuerdo con los principios del
evangelio.
Supongo que podemos consolarnos un poco al reconocer el hecho de que
el Maestro tuvo sus problemas de comunicación, a pesar de poseer
un gran entendimiento para con la gente. en una ocasión Jesús
le hablaba desde una barca a la gran multitud que se encontraba en
la playa. En el curso de sus palabras relató la parábola
del sembrador, y cuando terminó, los discípulos le preguntaron:
“¿Por qué les hablas por parábolas? El
respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios
del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado.” (Mateo
13:10-11) Entonces dijo que los oídos de estas personas eran
algo sordos y que sus ojos estaban cerrados.
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La
temible responsabilidad de alcanzar y motivar a cada persona,
se hace cada vez más aparente
cuando tomamos en cuenta al individuo. |
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“Pero
bienaventurados vuestros ojos”, dijo el Salvador a sus discípulos,
“porque ven; y vuestros oídos, porque oyen.” (Mateo
13:16) Entonces continuó su sermón, relatando otras
parábolas adicionales.
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Quizás
los discípulos se sentían demasiado avergonzados para
interrumpir nuevamente, porque Jesús les había dicho
que a ellos les era dado saber los misterios del cielo; pero cuando
la multitud se había despedido, “acercándose a
él sus discípulos, le dijeron: Explícanos la
parábola...” (Mateo 13:36)
Si el Maestro creyó necesario repetir y explicar a fin de comunicar
eficazmente el mensaje, supongo que no debemos sentirnos desalentados
cuando fracasamos en nuestro intento de comunicar eficazmente en la
primera explicación.
La comunicación eficaz es esencial para la motivación
positiva. El líder debe educarse primero a sí mismo,
desarrollar entusiasmo y perfeccionarse en la habilidad que desea
enseñar (comunicar). Entonces debe proyectar o transmitir su
sentimiento en el tema, hasta que éste sea compartido por el
seguidor. Este es el proceso más eficaz de la motivación.
La comunicación eficaz siempre incluye tres ideas principales:
debe ser clara, concisa
y debe confirmar. |
1.
Nuestra presentación debe ser clara. |
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“Pero
bienaventurados vuestros ojos porque ven; y vuestros oídos,
porque oyen.” |
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La
primera regla de la claridad es tener una meta u objetivos bien
definidos; saber lo que deseamos lograr a través de nuestra
comunicación. A menos que podamos definir esta meta claramente
para nosotros mismos, es probable que nuestro auditorio no la entienda
y sea motivado por ella.
Otro modo de mejorar la claridad es mediante el uso de ilustraciones.
Siendo que las palabras tienen diversos significados para diferentes
personas, la definición adicional mediante ilustraciones
pertinentes, es generalmente de gran ayuda.
Una de las ilustraciones es a través de las palabras y movimientos,
tales como las parábolas, las cuales Jesús convirtió
en una parte importante de casi toda situación de enseñanza.
Las utilizó tan a menudo que los evangelistas registran en
una ocasión que “sin parábolas no les hablaba.”
(Marcos 4:34)
Jesús explicó que Él utilizó las parábolas
en sus enseñanzas, porque transmitían a las personas
la verdad religiosa exactamente en proporción a su fe e inteligencia.
Para el ignorante, la parábola contenía interés
en la historia y cierto valor en su enseñanza; para el espiritual,
le transmitía mucho más, incluyendo los misterios
o secretos del reino de los cielos. Por tanto la parábola
es aplicable para el hombre sencillo como para el educado; enseña
a la gente a encontrar la verdad divina en las cosas comunes.
Íntimamente relacionadas a las parábolas se encuentran
las breves comparaciones que el Maestro solía usar para ilustrar
ideas tales como: |
“...Vale
más que muera un hombre, que dejar que una nación degenere
y perezca en la incredulidad.” (1 Nefi 4:13)
“...Venid en pos de mí, y os haré pescadores de
hombres.” (Mateo 4:19)
“Así alumbre vuestra luz delante de los hombres para
que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que
está en los cielos.” (Mateo 5:16)
“...Por sus frutos los conoceréis.” (Mateo 7:20)
Las historias ilustrativas proveen de otros medios excelentes de enseñanza
para demostrar la claridad. Es fácil para la gente proyectarse
a sí misma en historias de personas reales y sus experiencias.
El Señor usó este método muy a menudo; en el
caso de la ofrenda de la viuda, ilustró una lección
acerca de la verdadera ofrenda: “...esta viuda pobre echó
más que todos. Porque todos aquellos echaron para las ofrendas
de Dios de lo que les sobra; mas ésta, de su pobreza echó
todo el sustento que tenía.” (Lucas 21:3-4)
Un medio excelente para promover la claridad son las historias verdaderas
que involucran personas reales. |
Otro
tipo de ilustración en la que existen palabras y movimientos
es la demostración, la cual es de ayuda particularmente cuando
se trata de enseñar habilidades con algún elemento mecánico.
Los ejemplos de situaciones donde estas demostraciones podrían
utilizarse provechosamente incluye el uso eficaz de las ayudas visuales,
destreza atlética o método para llevar a cabo una reunión
típica de un comité ejecutivo de sacerdocio de barrio.
El antiguo adagio “lo que se ve vale más que mil palabras”
podría ser reafirmado por muchos ejemplos: verbigracia, unas
manos en actitud de oración, una madre con su hijo.
Los objetivos proveen otro medio para aclarar un mensaje; éstos
podrían ser de los alrededores o prendas de vestir, u objetos
preparados por el maestro para tal ocasión. |
2.-
Nuestra presentación debe ser concisa. |
Ser
conciso significa expresar mucho en pocas palabras. El tiempo dedicado
para comunicar una idea podrá variar, dependerá del
aspecto complejo del asunto y el conocimiento previo de los miembros
del auditorio; pero esta comunicación se mejora cuando cada
palabra, frase y párrafo tiene significado y es pertinente
al objetivo.
El bosquejo para hacer una presentación incluye: |
- Estudiar
e investigar hasta estar seguro de tener una información
que sea digna de presentarse.
- Escribir
las ideas en una hoja de papel, sin preocuparse por el estilo.
- Arreglar
las ideas en orden lógico.
- Eliminar
las, ilustraciones y comentarios que no sean pertinentes a la
aplicación. A causa de la dificultad de mantener completa
atención, algunos se sienten tentados a incluir material
interesante, aun cuando no sea del todo apropiado.
- Cuando
se dé por terminada la etapa de organización, redúzcase
cada frase al mínimo de palabras necesarias.
- Por
último, aprender el material lo suficientemente bien como
para presentarlo de la forma que ha sido preparado.
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3.-
Debemos confirmar lo que hemos enseñado para ver lo que se
ha aprendido. |
Cuando
se escucha a intervalos, se mal interpretan las ideas o el significado
de las palabras, se pueden crear conceptos falsos. Por tanto, siempre
que sea posible, es importante tener un método de repaso y
corrección de impresiones equívocas.
Un negociador descubrió una manera muy eficaz de calmar los
agitados argumentos y mejorar la comunicación en las disputas
con trabajadores y los empresarios. El árbitro estableció
una regla con la cual el representante de los trabajadores no tenía
derecho a expresar su punto de vista hasta que no entendiera completamente
el punto de vista de los directores y viceversa.
Bien podríamos seguir el ejemplo del rey Benjamín y
su pueblo:
“Y aconteció que cuando el rey Benjamín hubo hablado
así a su pueblo, mandó indagar entre ellos, deseando
saber si creían las palabras que les había hablado.
Y todos clamaron a una voz, diciendo: Sí, creemos todas las
palabras que nos has hablado; y además, sabemos de su certeza
y verdad por el Espíritu del Señor Omnipotente, el cual
ha efectuado un potente cambio en nosotros, o sea, en nuestros corazones,
por lo que ya no tenemos más disposición a obrar mal,
sino a hacer lo bueno continuamente.” (Mosíah 5:1-2) |
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El rey Benjamín
habla a su pueblo |
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A través de sus
profetas el Señor ha impartido consejo tocante a la importancia
de poseer habilidad de comunicar; también ha recalcado la
necesidad de la espiritualidad como parte de esta comunicación
eficaz.
Sed sinceros y honrados; estamos trabajando con almas preciosas,
y la pseudo sofisticación y manipulación no tienen
cabida en el reino. Pablo exhortó a los miembros a que comunicaran
“siguiendo la verdad en amor”. (Efesios 4:15)
Debemos comunicar nuestro amor y preocupación siendo que
los sentimientos frecuentemente pueden “ser transmitidos”
aun cuando las palabras fallen. “Y se os dará el Espíritu
por la oración de fe; y ; y si no recibís el Espíritu,
no enseñaréis.” (DyC 42:14)
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Cuando
Moisés fue llamado para sacar a los hijos de Israel del cautiverio,
éste reconoció su debilidad como orador o comunicador.
No obstante, el Espíritu del Señor estaba con él,
quien, después de darle confianza, puso a Aarón como
su portavoz, no confiriéndole a éste la responsabilidad
de dirigir, sino a Moisés, quien poseía los dotes necesarios
de director para llevar a cabo la tarea. (Éxodo 4:10)
Pablo nos exhorta a buscar los dones espirituales a fin de que podamos
hablar a los hombres “para edificación, exhortación
y consolación”. Enseguida dice que la claridad es aún
más importante que el don de lenguas. “Y si la trompeta
diere sonido incierto, ¿quién se preparará para
la batalla?” (¿Quién será motivado?) “Así
también vosotros, si por la lengua no diereis palabra bien
comprensible, ¿cómo se entenderá lo que decís?
Porque hablaréis al aire.” (Véase 1 Corintios
14:3-9)
Si permitimos que el Señor sea nuestra guía en el desarrollo
de nuestra habilidad para comunicar. Él puede ayudarnos a ser
humildes, a presentarnos ante gente sincera en el momento adecuado
y en una atmósfera donde seamos dignos de confianza y de ser
escuchados. Cuando la habilidad de comunicar va acompañada
de la espiritualidad, el Señor puede obrar a través
de sus siervos para lograr sus propósitos.
Miles de miembros de la Iglesia recién bautizados y los muchos
misioneros que les enseñaron el evangelio, son un testimonio
viviente de una comunicación eficaz.
Un día de primavera, un joven humilde, motivado por un deseo
sincero de saber la verdad, buscó la iluminación de
su Padre Celestial. La gloriosa visión que siguió a
este acontecimiento, las palabras del Padre: “¡Este es
mi Hijo Amado: Escúchalo!” --el mensaje del Maestro y
el servicio fiel y el supremo sacrificio rendidos por este joven,
José Smith, fueron una demostración de la comunicación
en su estado más sublime.
Ojalá que este bello ejemplo guíe nuestra manera de
pensar y movilice nuestras acciones mientras nos preparamos para comunicarnos
eficazmente. |
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Cuando
la habilidad de comunicar va acompañada de la espiritualidad,
el Señor puede obrar a través de sus siervos
para
lograr sus propósitos. |
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Mensaje publicado en Liahona de marzo
de 1970. En ese entonces el Pte. Thomas S. Monson era miembro del
Quórum de los Doce |
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Estilo SUD, 06 dejunio
de 2009 |
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