La vida de Josué
por el Obispo John H. Vandenberg (1904-1992)

Uno de mis personajes favoritos de las escrituras es Josué. Este es un hombre que dio un ejemplo que todos debemos seguir, pues buscó y halló verdaderos valores. Vivió hasta 110 años. Su mayor logro vino al ocaso de su vida cuando juntó a los élderes y directores de Israel, a los oficiales y maestros, a todo Israel y les habló de la bondad de Dios. Y sabía lo que decía porque tenía experiencias de una relación estrecha con Dios.
Después de haber mencionado todas las bendiciones que habían recibido los individuos y también la Casa de Israel, la declaración principal, en mi opinión, es ésta: 
“Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis, si a los dioses a quienes sirvieron nuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.” (Josué 24:15)
Esta fue la elección que Josué había hecho durante toda su vida. Creo que esta declaración de convicción fue la causa por la que todo Israel respondió diciendo:
“...Nunca tal acontezca, que dejemos a Jehová para servir a otros dioses.” (Josué 24:16)
Cuando era joven, Josué sirvió como esclavo en donde los egipcios hacían ladrillos. Aparentemente tenía una relación estrecha con Moisés y vio en él su gran fortaleza. Fue testigo de las plagas, y las contiendas entre Moisés y el faraón tratando de romper los lazos de esclavitud para que Israel pudiera ser libre. Josué fue testigo de esos acontecimientos. Era siervo de Moisés, subió con él parte de la montaña cuando éste fue a encontrarse con el Señor para recibir los mandamientos y los convenios con la casa de Israel.
Me imagino que debe haber sido testigo del disgusto que sintió Moisés cuando al volver de la montaña encontró que los hijos de Israel tan pronto habían seguido el camino errado. Vio cuando las aguas del Mar Rojo se separaron y los hijos de Israel cruzaron por tierra seca. Fue uno de los pocos sobrevivientes de los que habían comenzado originalmente el largo camino.
Un día oyó una voz que le dijo: “Mi siervo Moisés ha muerto, levántate pues ahora y pasa este Jordán... a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel.” (Véase Josué 1:2) “Esfuérzate y sé valiente... solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó... porque Jehová tu Dios estará contigo dondequiera que vayas.” (Véase Josué 1: 6,7,9)
Tenía comunicación con Dios en su esfuerzo para llevar a los hijos de Israel a la tierra que se les había prometido. Me imagino que Josué se debe haber hecho esta pregunta: “¿Cómo vamos a cruzar el río Jordán?”
El Señor le dijo lo que debía hacer:
“Entonces Jehová dijo a Josué: Desde este día comenzaré a engrandecerte ante de los ojos de todo Israel, para que entiendan que como estuve con Moisés, así estaré contigo,
“Tu, pues, mandarás a los sacerdotes que lleven el arca del convenio, diciendo: Cuando hayáis entrado hasta el borde del agua del Jordán, os detendréis en el Jordán.”

(Josué 3:7-8)
Cuando las plantas de sus pies tocaran las aguas el río se secaría. La escritura dice que las aguas se detendrían en un montón (‘muro’ en la versión dela Santa Biblia SUD).
Es difícil comprender cómo pudo ser eso, pero es lo que sucedió.
Ahí fue que tuvo la gran experiencia cuando el ángel del Señor, el capitán de las huestes de Jehová vino a él y se aseguró que el Señor lo apoyaría en sus actos justos. (Véase Josué 5:13-15)
También tenemos la historia de Jericó, el primer obstáculo, y como el Señor aconsejó a Josué y éste no miró a la derecha ni a la izquierda, sino que siguió lo que Jehová le había mandado. (Josué 6)
 
Se debía conquistar la ciudad de Hai y otras. Pero, sin embargo, surgió un problema.
Josué envió a sus espías para inspeccionar la ciudad y cuando volvieron dijeron: “No suba todo el pueblo, sino suban como dos mil o tres mil hombres, y tomarán a Hai; no fatigues a todo el pueblo yendo allí, porque son pocos.” Pero fueron engañados, y había un propósito en tal engaño por causa de la previa experiencia en Jericó. Jehová había dicho a los soldados que no debían tomar nada que no fuera oro y plata, cosas que pudieran ir al tesoro de Jehová, Pero un hombre llamado Acán vio algo que deseaba y tomándolo lo escondió en su tienda. Cuando fueron a la ciudad de Hai, los habitantes de la misma persiguieron a los tres mil soldados que habían ido a la ciudad y tomando a algunos de ellos mataron a treinta y seis.

Josué estaba muy contrariado y se postró en tierra sobre su rostro. Llamó al Señor y rompió sus vestidos y le dijo: “¿Por qué hiciste pasar a este pueblo el Jordán, para entregarnos en las manos de los amorreos, para que nos destruyan?” El Señor le contestó: “Israel ha pecado, y aun han quebrantado mi pacto que yo les había mandado.”
También le dijo que debían buscar al anatema que había desobedecido y debía destruirlo, y eso fue lo que hizo Josué. Entonces Jehová le presentó un plan que haría que la ciudad de Hai cayera en sus manos y fuera destruida. (Josué 7:1-13, 8:1-8)
Cuando oyeron que venía Josué, cinco reyes se reunieron y decidieron vencer su poder, pero el Señor no lo permitió. Entonces Josué terminó de tomar la tierra e hizo la distribución según le mandaba Jehová. En seis años había conquistado seis naciones y 31 reyes, y esto es sólo parte de lo que hizo. Siguió su camino y terminó de conquistar la tierra.

La base para el éxito de Josué resta en el hecho que observó lo que tenía que hacer, escuchó al Señor, aprendió y entonces actuó sobre lo que había aprendido.

Mirar es una cosa
Ver lo que estamos mirando es otra
Comprender lo que vemos es la tercera
Aprender lo que comprendemos es aun otra
Pero actuar por lo que hemos aprendido es lo que cuenta realmente, ¿no es verdad?
 
John H. Vandenberg fue sostenido como Obispo Presidente de la Iglesia el 30 de setiembre de 1961. Fue sostenido como Asistente al Quórum de los Doce, el 6 de abril de 1972. Nació el 18 de diciembre de 1904 y falleció el 3 de junio de 1992.

Artículo publicado en Liahona de noviembre de 1967.

Estilo SUD, 2 de enero de 2010
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