El gran Plan de Felicidad

Por Víctor A. Walker

Todos los habitantes del planeta, sin importar su credo, ideología política, nivel de riqueza o conocimiento secular, hablan de la ‘felicidad’ y cada uno tiene su propia idea y receta para alcanzarla. Obviamente, para quienes tenemos algo del conocimiento que adquirimos en Su Iglesia, algunas de esas ideas nos causan gracia o nos dejan estupefactos.

Me gustaría hoy reflexionar con Uds. sobre la idea que tenemos los santos respecto a algo tan significativo como la ‘felicidad’. Indudablemente nuestro Padre Celestial ha sido el artífice y diseñador principal del llamado “El Gran Plan de Felicidad”.
Sabemos que la creación de la Tierra no fue el comienzo para los que vendríamos a habitarla. Antes de su creación, vivíamos como hijos espirituales de un padre y una madre celestiales, en una existencia premortal de la cual no recordamos detalles.
Interesante me parece citar unas pocas palabras del presidente Joseph F. Smith: “¿De dónde venimos? Procedemos de Dios; nuestros espíritus existían antes de venir al mundo. Formaban parte de los concilios de los cielos antes que la tierra fuera creada… Cantamos de alegría con las huestes celestiales cuando se creó la tierra y se diseñó el plan para nuestra existencia mortal y la redención que habríamos de necesitar… No hay lugar a dudas que estábamos presentes en esos concilios cuando eso sucedió…” (Cita en ‘Latter-day Prophets Speak’).
Por lo tanto, todos los hombres habían existido por un período indeterminado de tiempo antes que el mundo fuera creado (DyC 49:16-17). Para completar la idea de donde quiero llegar en este escrito, cito a continuación palabras del Presidente Spencer W. Kimball, extraídas de su libro “El Milagro del Perdón”, páginas 4-5:
“La vida se repartiría en tres divisiones o estados: preterrenal, mortal e inmortal. En la tercera etapa estaría comprendida la exaltación, a saber, vida eterna y divinidad para quienes magnificaran en forma completa su vida terrenal.
El comportamiento en uno de esos estados surtiría un efecto trascendental en el estado o estado sucesivos. En caso de que una persona guardara su primer estado, se le concedería su segundo estado…es decir, la vida terrenal, como período adicional de prueba y experiencia. Si magnificara su segundo estado, su experiencia terrenal, lo esperaría la vida eterna. Los seres mortales que ahora vivimos sobre esta tierra, nos hallamos en nuestro segundo estado. Nuestra presencia misma, con cuerpos terrenales, atestigua el hecho de que ‘guardamos’ nuestro primer estado. Nuestra materia espiritual era eterna y coexistía con Dios, pero nuestro Padre Celestial la organizó en cuerpos de espíritu. Nuestros cuerpos de espíritu pasaron por un intenso período de crecimiento, desarrollo y preparación, y habiendo pasado la prueba con éxito, finalmente se nos admitió a esta tierra y el estado terrenal.” 
Y para que no quede duda alguna en cuanto a la coherencia de nuestras verdades doctrinales, transcribo a continuación unas palabras de otro de nuestros profetas modernos, el Presidente Brigham Young, cuando dijo que todos los hombres saben que Dios existe aunque algunos de ellos hayan olvidado que lo saben: “Quiero deciros, a cada uno de vosotros, que conocéis muy bien a Dios, nuestro Padre Celestial, o sea, el gran Elohim. Vosotros lo conocéis muy bien, porque todos habéis vivido en Su casa y habéis estado con Él año tras año; estáis buscando conocerlo, cuando en realidad, la verdad es que simplemente habéis olvidado lo que sabíais. No hay nadie que no sea un hijo o una hija de este Ser Supremo”. (Discourses of Brigham Young – pag. 50).
Es así que nuestra existencia (estado preterrenal, esta vida, y el próximo en el más allá después de nuestra muerte) representa el Gran Plan de Felicidad que Dios el Padre ha diseñado para nosotros. Y aquí cuando hablamos de ‘felicidad’ nos estamos refiriendo a la verdadera y más intensa sensación de gozo real y duradero que el hombre pueda tener y que, probablemente, aún no comprendemos su verdadera magnitud.
Para dar apoyo a estas palabras, resumo ahora estos puntos doctrinales:
  1. El Padre Celestial es un Padre glorificado, perfecto y celestial que posee una plenitud de gozo (Mosíah 4:9; 3 Nefi 28:10).
  2. Vivimos con el Padre Celestial antes de venir a la tierra. Somos Sus hijos espirituales y Él desea que lleguemos a ser como Él para disfrutar del mismo gozo que Él posee (Romanos 8:16; Hebreos 12:9).
  3. A fin de llegar a ser como Dios, debemos tener un cuerpo físico resucitado y glorificado, y debemos progresar hasta poseer cualidades divinas (Job 19:26; 3 Nefi 27:27; DyC 130:22).
  4. Nuestra vida mortal sobre la tierra tiene como objeto ayudarnos a adquirir atributos divinos. Nos ofrece la oportunidad de obtener un cuerpo físico y de aprender las lecciones de la divinidad al tener la libertad de escoger si hemos de seguir el consejo de Dios o las incitaciones de Satanás (Génesis 2:16-17; 2 Nefi 2:25-27; Alma 34:32-34).
  5. La creación de la tierra y la caída de Adán originaron las condiciones necesarias de la vida terrenal, incluso la muerte espiritual y la muerte física, y las de un mundo en el que existen el afán, el dolor y el pesar (Génesis 2:17; 3:6-7; 2 Nefi 2:15-25).
  6. La expiación de Jesucristo hace posible la Resurrección a fin de que toda persona reciba un cuerpo físico inmortal (Job 19:25-27; Ezequiel 37:12-14; Alma 11:42-45). La expiación puede también limpiarnos de nuestras faltas y ayudarnos a llegar a ser como Dios (Isaías 1:18; Mosiah 3:19; Moroni 10:32-33).
  7. En cada una de las dispensaciones, Jesucristo ha enviado profetas a enseñar Su evangelio a los hijos de Dios sobre la tierra. La Iglesia de Jesucristo se ha establecido en estos últimos días para invitar a todos a venir a Cristo y participar de Su Gran Plan de Felicidad (Amós 3:7; Alma 12:32-34; DyC 1:1-14).
Para finalizar, un último pensamiento. Qué momento especial es éste en el cual estamos empezando un año más de nuestra existencia en éste, el segundo estado, para meditar seria y profundamente: ¿Cómo estamos? y ¿Qué queremos lograr en el nuevo 2009, tanto temporal como espiritualmente? Envío a cada uno de Uds. mis mejores deseos por un nuevo año pleno de logros que nos conduzcan al fin del Gran Plan del Padre.

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Estilo SUD, 3 de enero de 2009
 
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