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Hay
una necesidad muy grande, de líderes eficaces, creíbles
en todos los aspectos de nuestra vida. El liderazgo es algo que
cualquiera puede ejercer, donde quiera que esté y desde cualquier
lugar.
Tener el deseo de ser un líder, en cualquier orden, es buen
sentimiento, pero con esto no alcanza. Es necesario esfuerzo para
lograr desarrollar esa capacidad.
La familia , la Iglesia, las organizaciones, el mundo, busca líderes,
capaces de lograr objetivos, de motivar y conducir a las personas,
otorgándoles una visión de futuro, haciendo una gran
contribución.
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El
liderazgo es lograr que las personas lo sigan, por el ejemplo y no
solo por la obligación que genera una posición o la
autoridad. Si no lo siguen, no es un líder, así de sencillo.
El logro más extraordinario es marcar una diferencia en la
vida de las personas y contribuir a su progreso y bienestar físico,
como espiritual.
En alguna medida todos tenemos esa misión o responsabilidad
de conducir. Por ejemplo, como padres. Ésta es la mayor de
nuestras responsabilidades; requiere una dedicación constante
a fin de que nuestros hijos sean salvos y reciban su exaltación.
Este es nuestro llamamiento divino y tema para muchos otros artículos.
Los miembros de la Iglesia, tenemos una gran y amplia responsabilidad.
Conocemos el camino que nos lleva de regreso a nuesro Padre Celestial.
Implica el esforzarnos por guiar a otros en esa dirección.
Un verdadero líder no conduce personas sentado mandando mails
desde su casa o su oficina, sino está junto a ellos, hablando
y escuchando, enseñándoles principios y conceptos simples,
útiles y aplicables, compartiendo su visión.
Una vez se le preguntó a un buen obispo, cómo hacía
para que su barrio funcionara tan bien y lograra todas las metas.
Su respuesta fue: “camino el barrio”. Esa expresión
tan simple pero profunda, muestra en forma simple lo que un buen líder
debe hacer. |
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Un
líder logrará que las personas lo sigan cuando haya
conseguido transmitirles su visión, cuando estén convencidos
y convertidos a lo que están haciendo y sientan lo importante
de su contribución. Deben percibir que sus esfuerzos son reconocidos
y sus necesidades comprendidas y, muy especialmente, deben sentir
el gozo de estar en ese lugar y hacer cosas. |
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Ver la cima y más
allá |
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Walt Disney |
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Varios
son los principios que una persona debe tener en cuenta para ser un
líder, tales como evaluar cada momento, corregir a fin de lograr
objetivos, aprender de los errores, involucrar a todos, ser generador
de acciones, motivar constantemente. Pero hoy quisiera hacer un fuerte
hincapié en la importancia de obtener la visión.
El líder debe ver la cima y más allá para seguir
subiendo con su grupo junto a él. Debe ser capaz de ver lo
que no todos ven y compartirlo, con el fin de que todos puedan ver
lo mismo y comprometerlos a la acción.
El líder debe siempre compartir su visión, hablar de
los objetivos de 'hacia dónde vamos'.
Si observamos con atención veremos ejemplos de este principio
en distintas organizaciones.
Siempre que visité el hermoso parque de Disney en California,
quedé fascinado por la organización, el entusiasmo que
poseen todos los que trabajan allí. |
No hay ninguno
que no sienta su responsabilidad, que no transmita el mensaje o visión
de su creador, Walt Disney. En un salón de ese maravilloso
parque (Disneylandia) se puede aprender sobre su creación y
más de la personalidad de Disney. Allí escuché
esta historia, que ejemplifica como un líder transmite su visión,
conduce a las personas, y ellas responden.
Paseando por las obras de construcción del parque, con un grupo
de directivos y constructores, señaló un lugar del terreno,
y dijo: 'Quiero 10.000 faroles en esa área' --a lo
que el jefe de la obra respondió– '¿Cuándo?'.
Este hombre no respondió '¿No serán muchos?'
o '¿Se podrán conseguir?' o cualquier otra
cosa! Tenía muy clara la visión de Walt Disney, de la
perfección y de la calidad que buscaba en cada cosa. Comprendía
lo que era importante para él y lo compartía. Seguramente
Disney, habló, mostró e hizo muchas cosas a fin de transmitir
esos valores y principios a seguir. 'Caminó' el parque con
ellos.
Una vez que la visión es aceptada, todos comprenden la responsabilidad
de lograrla, y adquieren un nivel de compromiso con la misma. |
Un buen líder
no está preocupado por lo que él tiene que hacer,
sino por lo que harán aquellos a quienes conduce. No desea
que al salir de una reunión, hablen de lo maravilloso y extraordinario
que es el líder, sino de lo que escucharon, del plan, de
los objetivos a seguir y de cómo lograrlos. Nunca obstruirá
la visión que ellos deben tener del plan u objetivos, poniéndose
él por delante, proyectando una sombra de vanidad personal.
Si queremos ser verdaderos directores en cualquier aspecto de nuestras
vidas, o mejor, en todos los aspectos de nuestra vida,
enfoquemos nuestros esfuerzos en aquellos a quienes conducimos y
no tanto en nosotros mismos. Desarrollemos un amor profundo por
las personas a nuestro alrededor y por el trabajo a llevar a cabo.
Produzcamos resultados positivos como consecuencia de una gestión
basada en principios correctos y con valor encaremos este desafío.
Éxito para lograr ser un líder verdadero.
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